Por esta esquina de la Península llevamos una estación muy florida, aunque seca. Con estas últimas lluvias los verdes han surgido de repente y ya parece que estamos en primavera de verdad.
En esta etapa toca fotografiar las aguileñas.
Sus semillas se usaban antiguamente para fabricar perfumes con supuestos poderes afrodisíacos.
Es una planta tóxica, de un gran porte que complica la vida al fotógrafo con una simple brisa, pero muy fotogénica. Yo estaba usando un trípode para fijar la cámara y poder utilizar una fuente de luz de contra.
Se la conoce por muchísimos nombres en nuestro país, algunos de los que más me gustan son escuernacabras, farolillos de San Antonio, flor virginal, frailes boca abajo y pajarillas bobas.
¿Sabes como se llaman en tu zona?
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Río Belelle (A Capela)
Macro de 105 mm
Trípode Leofoto LP-284C Poseidón y rótula Leofoto LH-40PCL
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