Muchas veces cuando hablamos entre fotógrafos sobre composición queda fuera de la charla el concepto de textura, desplazado por cuestiones que se centran tan sólo en donde ponemos los elementos de la imagen.
Desde pequeños el sentido del tacto juega un papel fundamental en nuestra exploración de la realidad y creo que sigue siendo uno de los sentidos más importantes y menos valorados. De hecho es el último que perdemos en los momentos finales de la vida.
Hoy os traigo una foto que intenta jugar con las percepciones de la textura visual.
Se eligió un momento de luz baja y lateral, cerca de la puesta de sol para resaltar el claroscuro. Unos minutos después un pequeño montículo empezó a hacer sombra en la base del tronco y ya no estaba fotogénico.
En el procesado se intensificó la sensación mediante técnicas de enfoque.
Focal de 18 mm a f/9 durante 1/15. Polarizador sobre portafiltros #lucroit.
Ares (A Coruña)