Nuestro ayuntamiento tiene algo de costa, pero ni es demasiado accesible ni muy fotogénica, así que estos confinamientos municipales nos mantuvieron muy alejados de nuestros paseos habituales por playas y acantilados.
Sentado en una roca, mientras las fotos se van gestando sobre el sensor, pienso en lo raro que ha sido este año. Nos ha recordado lo efímeros que somos, la enorme fragilidad de nuestros cuerpos. Es una lección dura pero importante.
Mientras ahí fuera, el agua, con paciencia, sigue conquistando el amor de unas piedras que siglo tras siglo se disuelven con su amado. Ambos son ajenos a nuestros pesares, a nuestras dudas y a nuestros miedos. Simplemente hacen lo que pueden hacer.
Algo se va aprendiendo con la vida y este jueves he asistido muy puntual a mi cita para que me pusieran la primera dosis de la vacuna de SARS19. Unas vacunas que suponen un auténtico prodigio del saber humano. Posiblemente el mayor acontecimiento tecnológico que hemos superado. Jamás se había generado tanta información científica sobre un tema en tan poco tiempo.
Esperemos que todo este proceso, estas vidas perdidas, sirvan a los dirigentes de todos los partidos e ideologías para recordar que la naturaleza siempre evoluciona. Que nuestra supervivencia como especie social depende de nuestra sabiduría, pero también de la tecnología y de la previsión frente a otras amenazas.
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Cabo Prior (A Coruña)
Óptica de 21 mm a f/11 durante 8 s.
Filtro polarizador, ND de 4 pasos e inverso de 2 EV
Editada por zonas y con Nik Collection.