Este fin de semana ha tocado hacer algo de prospección para conocer nuevos sitios donde fotografiar este otoño. Está todo muy veraniego todavía y me da la impresión que el viento tirará la hoja mucho antes de que se ponga bonita, pero bueno, es lo que tenemos.

A cambio es un año decentillo para setas. Como ésta que se colocó encima de un torrente que mantenía algo húmedo el musgo. No como el que tuvo la desgracia de nacer lejos del agua y que da pena verlo de seco que está.

Para la foto elegí una Fuji X-T1 combinada con un MicroNikkor 105 1:2,8 a f/5,6 y 1/20s. Quería probar qué tal se llevan juntos mi macro favorito y mi última réflex. ¿qué os parece el maridaje? ¿tiene futuro? Hizo alguna cosa rara por la parte inferior de la seta, pero creo que es más cosa de la textura del fondo que de la lente y el bokeh sigue siendo el de siempre.

La escasa profundidad de campo dirige la mirada hacia las láminas de la seta y desde ahí al fondo de la imagen.

El fuerte contraluz se redujo ligeramente con un reflector blanco, exponiéndose para mantener el halo blanco alrededor de la seta sin que las zonas claras del cielo se quemasen por completo.

El procesado es sencillo, únicamente se contrastó los tonos medios y se oscureció un poco la zona de sombras, un pequeño viñeteado y un desenfoque de la zona rara que comentaba más arriba, justo en el borde del anillo.

Rego de Mainzoso, Betanzos, A Coruña.

Gracias a Emma Plana Basteiro por la foto del making off.