A gatas por los campos.
Estos días de calma los aprovecho para poner un poco de orden en mis discos duros. En eso estaba cuando encontré una foto que realizamos en nuestro último viaje específico para hacer algo de macro.
Fue hace ya 5 añitos. Fuimos a la zona de Picos de Europa en el mes de junio, con la esperanza de encontrar flores de media montaña en su punto. Tenía algunos endemismos en la lista de la “compra”.
Por desgracia un frente muy frío había dejado unas fuertes heladas y las pocas flores que encontramos estaban destrozadas. Por aquel entonces las molestias al andar a cuatro patas por los prados ya me limitaban bastante.
Buscando otro tipo de imágenes entramos en un bonito hayedo tapizado de musgos. El agua recibida había iluminado y saturado cada rincón y parecía un hermoso cuento. Justo a su vera encontramos unas hermosas matas de flores bajo las sombras de unas hayas centenarias realmente preciosas. Aprendí que para florecer es importante tener a alguien que te quiera cuidar y proteger.
Por fortuna yo también he encontrado un fuerte árbol que me ayuda en todo, que me ampara en los momentos más difíciles y cuyas ramas me impulsan cada día más arriba. ¡Gracias por estar SIEMPRE a mi lado!.