A veces no hace falta mucha cosa para componer una imagen. Un pequeño helecho, un fondo de árboles otoñales entre cuyas hojas se filtra la luz del cielo…
Creo que con los años la mayoría de los fotógrafos vamos prescindiendo de elementos, quitando parte de las capas de la cebolla que conforma nuestra particular forma de ver el mundo y eso se ve reflejado con claridad en la forma en que realizamos las tomas. A fin de cuentas sólo podemos contar lo que somos y eso es un camino constante.
Foto realizada en el bonito entorno del monasterio de Pesqueiras (Ourense) con mi fuji XT-1 y el MicroNikkor 105 1:2,8 a f/4 durante 1/25s. Gracias a nuestros amigos de Ourense y Lugo por la invitación a conocer esta parte de la Ribeira Sacra.
Procesado para reducir las altas luces y aumentar el contraste en la planta.