El otoño ya va cediendo espacio al frío invierno, una estación que me gusta especialmente. Las setas van desapareciendo de entre los musgos y los ríos son visibles sin las hojas que los ocultan de miradas indiscretas el resto del año.
A veces insistimos en conseguir tomas de paisaje que ordenen los elementos que contiene, pero creo que la selva luce sus mejores galas cuando el caos se apodera de la imagen, aunque sea parcialmente.
Pero no del todo. Considero que el fotógrafo siempre tiene que guiar la atención del espectador hacia donde le interesa más. En este caso mi intención es conducirla hacia el agua y el cruce de los árboles de las dos orillas, que enmarcan el resto de la composición. No se si lo habré logrado, pero esa era la intención
Fragas do Eume (A Coruña)
Nikon D800 con Nikkor 16-35 1:4 a f/8 durante 30s. Polarizador. Edición por zonas para mantener detalle en el agua y contrastar las zonas más oscuras.