Hace ya un tiempo que hice esta foto de una pequeña ermita en el pueblo soriano de Covaleda.
Mientras estaba montando el trípode me visitaron 8 burritos muy cariñosos que andaban buscando alguna zanahoria. No llevaba ninguna en la mochila (lo único que no llevaba), pero estuve un buen rato acariciando su bonito hocico. Se apartaban cariñosamente unos a otros para acercarse al repartidor. Al día siguiente me enteré que eran las mascotas de un chico del pueblo.
Estuve un buen rato jugando con ellos, hasta que vi que se empezaban a juntar las nubes y me tuve que poner a hacer fotos.
Fue una bonita experiencia. Andaba corriendo con la linterna de un lado a otro, buscando que se apreciara la textura de las piedras de la fachada, con algún burrito al trote detrás de mí. Menos mal que cuando iluminé el primer plano ya se habían apartado a su dormitorio, en el pinar que limita la ermita.
No pude evitar acordarme de Platero y de lo mal tratados que han sido los equinos en la historia de la humanidad. Han sido parte imprescindible de la conquista de la civilización actual. Ahora muchos de ellos están en peligro de extinción. Quizá sea lo mejor para su especie, pues como decían los árboles en el bonito libro de El bosque animado:
“¡Qué el hombre te ignore!”
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Ermita de la Virgen del Campo, Covaleda
12 mm a f/4. Tres tomas de 2 minutos para las estrellas y otras dos para mantener información en las luces del cercano pueblo. 3500K.
Editado por zonas en Photoshop para controlar el contraste y rango tonal.
Iluminada con linterna cálida Led Lenser
Trípode Leofoto LP-284C y rótula Leofoto LH-40PCL