Turquesa

Para los que vivimos en el norte, las luces del Mediterráneo resultan muy interesantes. Siempre se disfruta más con lo que no tenemos en la vida diaria.

El mes pasado estuvimos por Mallorca. Queríamos alejarnos de estos fríos meses gallegos pero nos adentramos en una masa de aire helado que dejó nieves históricas en las islas. También nos ofreció más tiempo para visitar a los amigos que tenemos en esa isla.

Es lo que tiene viajar: siempre sorprende y obliga a abrir la mente a los imprevistos.

Vimos poco ese sol que impregna la atmósfera de las islas con esos tonos tan agradables.

Pero algo se dejó ver. Lo justo para resaltar las aguas turquesas de esta cala.

El turquesa representa equilibrio y armonía, una mezcla perfecta del azul y del verde. Calma el alma y tranquiliza la mente. Es el color del infinito océano.

También es el color de la serenidad, nos invita a disminuir el ritmo y a relajarnos.

Quizá por su influencia comimos nuestro bocadillo, casi en silencio, mientras la cámara iba tomando fotos cada vez que el sol asomaba un poco entre las nubes. Es un color para vivir en el momento y apreciar la belleza de la vida.

Elegí un tiempo de exposición muy largo para retener al máximo el color del agua, darle vida a las nubes y que se transparentara ese fondo tan majo.
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Cala Barques, Mallorca
24 mm a f/8 durante 40 s
Filtro ND de 10 pasos y Polarizador KASE
Trípode Leofoto LP-284C Poseidón y rótula Leofoto LH-40PCL
Ajustes por zonas en el procesado.