Este año hemos empezado a ver las primeras setas por nuestros bosques de galería. El ambiente está muy seco, el río apenas con unos palmos de agua.
Una situación muy alejada de este día lluvioso de hace un par de años en que traje a casa esta imagen.
Decidí fotografiar a través de una hermosa y húmeda mata de musgos que salen desenfocados en el primer plano, borrosos como nuestra memoria.
Un diafragma bastante cerrado proporciona un fondo tenebroso, pero que encierra la luz hacia la que tenemos que dirigirnos y que enmarca a la propia seta. Sin la sombra no se aprecia la luz.
Creo que la única seguridad es que todo cambia. Cuando lo aceptemos creo que podremos habitar más tranquilos nuestro presente.
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Macro de 105 mm a f/13 durante 1/10 s
Cartulinas blancas para dirigir la luz

Cartulina negra para crear sombra en la parte posterior del sombrero y que contraste contra el fondo.