Entre los musgos
Las setas que crecen rodeadas de musgos son mis preferidas. Todos los años espero que las lluvias sacien la eterna sed de los ávidos musgos y a que hagan acto de presencia estas setitas. Este otoño tuve que ser
Las setas que crecen rodeadas de musgos son mis preferidas. Todos los años espero que las lluvias sacien la eterna sed de los ávidos musgos y a que hagan acto de presencia estas setitas. Este otoño tuve que ser
Este invierno que hemos dejado atrás hace unos días, al menos en el calendario, ha sido bastante benevolente por las Rías Altas. Poca lluvia en general, con unos meses de enero y febrero casi primaverales. De vez en cuando, eso
Elegí una focal larga, de 200 mm, para centrarme en las formas que adquiere el agua cuando es zarandeada por el viento. Busqué un primer plano que cerrase la composición y nos obligara a zambullirnos en la imagen, sin mirar
Vivimos en un mar de citas positivas que impregnan nuestro día a día. Se nos incita a creer que el destino es algo que podemos modificar, crear, construir, compartir, levantar... Suena bien, pero creo más bien en
A veces toca pasear por zonas muy bonitas en unos horarios que no son los ideales para conseguir los mejores resultados. Por eso tenemos que ir con la mente abierta para poder encontrar composiciones que se beneficien de la luz
Ayer salimos a hacer alguna foto de los narcisos. Estas pequeñas joyas parecen anunciar que lo peor del invierno ya ha quedado atrás. Es una época del año que me encanta, se combinan las ramas sin hojas de
En el mes de noviembre tuvimos la suerte de pasear por algunos hayedos vascos. Ya era algo tarde para disfrutar de los colores otoñales, pero los musgos estaban realmente muy bonitos con tanta lluvia. Por desgracia parece que los
Hace unos días que en la televisión escuchamos que Ferrol era el peor sitio para vivir en Galicia. No era la primera vez que se usaba el municipio para establecer una comparación en que era el claro perdedor. Coincido en
Cala Morell es una pequeña bahía situada en el norte de la isla de Menorca. A la orilla de su pequeña playa de arena, de aguas limpias y verdosas, encontramos un pueblo de casas blancas edificadas en los años 60.
Hace unos meses descubrimos la playa de “El Pilar”, gracias al chivatazo de Antoni Cladera. El acceso exige un agradable paseo de unos 45 minutos, a veces protegido por un precioso bosque mediterráneo muy bien conservado. Los árboles desaparecen