Panteón de Agripa
 
Este año hemos estado de vacaciones un par de semanas en Roma. Es un destino que teníamos pendiente desde hace tiempo y por fin nos hemos animado.
 
Sin duda es una ciudad llena de arte y de historia, muy fotogénica y llena de vida.
 
Compaginar las visitas a los distintos museos y monumentos con la actividad fotográfica no siempre es fácil en esta época del año. Te levantas temprano, pasas muchas horas de pie de un lado a otro y cuando la luz empieza a ser interesante estás completamente extenuado y con ganas de ir para el hotel.
 
La prioridad era ver en vivo lo que había estudiado en tantos libros de historia del Arte. Por eso la fotografía era algo secundario. Llevé el trípode solo cuatro o cinco días y muy poco equipo, apenas un cuerpo y un par de ópticas. Hice muy pocas fotos en la hora azul, pero esta no quería perdérmela. Aproveché uno de los pocos días que tuvimos nubes y cargué desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche con el trípode más de 20 km para acabar en la puerta justo cuando las luces se mezclaban con el azul del cielo.
 
Impresiona estar bajo su inmensa cúpula. Supera ampliamente cualquier expectativa, sobre todo pensando que se construyó hace casi dos mil años…