En todas las presentaciones y cursos que imparto procuro que el contenido visual sea máximo.

Los estudios demuestran que leer una cosa y escuchar al ponente otra diferente reducen el nivel de comprensión.

Peor todavía, y creo que es algo que todos hemos sufrido, es escuchar al ponente leyendo literalmente lo que pone la transparencia. Sin duda es una forma que simplifica mucho la preparación y evita problemas, pero se vuelve terrorificamente aburrida, ¿verdad?

Otra opción es no poner apenas imágenes, simplemente hablar. Evita buscar fotos adecuadas, realizar esquemas y pensar en la mejor forma de transmitir. Ahorra el trabajo de elaborar la presentación y de trabajar con ella. El problema es que la inmensa mayoría de la población es mucho más visual que auditiva y este porcentaje es mayor entre los fotógrafos.Por eso los resultados tampoco son óptimos.

Al final lo que mejor funciona son las presentaciones con imágenes que clarifican las ideas, con apenas una o dos líneas de texto cuando sea imprescindible. Pero esto supone aprenderse de memoria los tiempos y que información aporta cada una.

Es esta la fase que doy ahora por concluida.

Espero que este último repaso sea suficiente y que los asistentes a nuestra primera FotoCharla en Ferrol salgan con un poco más de información sobre la gestión de color.

¡Os espero a las 19:30!