Este fin de semana ha tocado salir a hacer un poco de otoño por la Ribeira Sacra, una zona que apenas conocemos pero que encierra una enorme potencialidad, especialmente en otoño y primavera.

En la imagen tenemos la Iglesia de Santa María de Pesqueiras, situada en un bonito bosque de castaños que empezaban a amarillear a las orillas del Miño. Es lo único que se conserva de un antiguo monasterio románico de monjas benedictinas.

No suelo fotografiar en las horas centrales del día, porque la luz es bastante dura, pero a cambio la luz frontal logra saturar mucho los colores. Y como el azul intenso se lleva muy bien con los tonos naranjas y amarillos no pude resistirme ante este magnífico sol otoñal.

La exposición era complicada y hubo que sacrificar algo las luces más altas del campanario para mantener textura en las sombras. En el procesado se realizó un ajuste por zonas mediante capas de luminosidad y color para que destacar más este precioso helecho del primer plano al que un gran angular y un enfoque selectivo le da el protagonismo que se merece.

¿Y vosotros también aprovecháis la luz de mediodía o la dejáis pasar?