Este 2020 está siendo un año extraño para todos.
Los fotógrafos de naturaleza perdimos la primavera, escondiéndonos de un virus que ni siquiera podemos ver.
Muchos han estado encerrados mientras los árboles susurraban plácidamente entre ellos, viendo ondular con el viento sus cálidas hojas.
Esta mañana hemos salido a dar un paseo con unas temperaturas realmente bajas que hacían difícil manejar la cámara.
En medio del bosque encontré este viejo árbol, vencido por los años mientras una de sus semillas lucha por llegar a la luz y que sus ancestros se sientan orgullosos de su lucha.
Mientras buscaba un ángulo para el trípode, no pude evitar pensar en los que ya no están y en los que siguen peleando contra una epidemia que debería vencerse con nuestra mejor colaboración entre generaciones y países, pero que está mostrando las carencias cíclicas de nuestras sociedades, nuestros límites como humanidad.
Quizá no podamos hacer muchas fotos más este año, pero, pase lo que pase, intentaré seguir el buen consejo de Jean Paul Sartre:
“No perdamos nada de nuestro tiempo; quizá los hubo más bellos, pero este es el nuestro.”
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Bosque de los Abuelos
Toma realizada con el móvil y editada en Camera Raw