Hace ya seis semanas que me han colocado una prótesis de cadera. Mi mujer y yo hemos tenido momentos dolorosos, de preocupación y también de soledad. A cambio hemos pasado mucho tiempo juntos, hablando, compartiendo cada momento del proceso e intentando ser felices con lo que toca en cada paso.

Han sido momentos de reencuentro con amigos que a veces están un poco más lejos de lo que desearías pero que siempre están a tu lado de una u otra forma. Son esos amigos que aunque no puedas ver en años se preocupan por ti, con los que inicias una conversación profunda como si la hubieras dejado hace solo unos minutos.

Han sido muchos días para meditar, para reflexionar sobre el limitado tiempo de que disponemos, de como lo empleamos y, sobre todo, a quien se lo vamos a seguir dedicando y por qué. Creo que se aprende toda la vida si así lo deseamos y yo intentaré aplicarme para dejar de estar tan disponible para quien no lo está para ti.

Hoy hemos tenido nuestro primer paseo por el “monte”. Una pista asfaltada de apenas un par de kilómetros que conduce a un corto camino que nos deja a los pies de la Fervenza do Belelle, bien regada por las lluvias de este mes. El miedo a resbalar y hacer algún desastre y, sobre todo, no poder conducir nos tuvo todas estas semanas dando paseos por el parque cercano a nuestro hogar.

Aún tengo muchas limitaciones, no puedo cargar peso ni andar agachado, y por eso he tenido que contentarme con el móvil para conservar un pequeño recuerdo de un día con olor a humedad, con un viento frío que transporta los susurros de las lejanas montañas que nos reclaman, y con unos musgos repletos de vida que alegran la vista a cada paso. Un recuerdo de un día en que pudimos disfrutar, a nuestra manera, de la Naturaleza e integrarnos durante un rato en ella. Quizá, para algunos, no tenga calidad, pero cumple con creces su misión.

Un día feliz, en la mejor compañía, disfrutando de lo que somos, de lo que hacemos y con una cámara.

Me alegra que hayas leído hasta aquí, que te preocupes por mí y que compartamos, en cierta medida, nuestras vidas. Gracias.