Cuando miramos hacia el pasado puede parecer que muchas de las decisiones tomadas nos llevaban en una dirección concreta.
Es un sesgo de nuestro cerebro. No conoce el contenido de todas las puertas que permanecieron cerradas y tiende a creer en un “destino”.
Sobre el destino y sus implicaciones me gusta mucho una frase de Georges Braque, que además encaja en mi forma de verlo:
“Una vez que un objeto ha sido incorporado a una pintura, acepta un nuevo destino”.
Me llamó mucho la atención la forma en que mi percepción organiza las ramas individuales para formar una especie de punta de flecha que parece indicar una dirección, un destino, a fin de cuentas.
Es otro sesgo del cerebro que debemos utilizar los fotógrafos para componer nuestras imágenes, simplificar su contenido y hacerlo más directo. Dada la enorme importancia de nuestra percepción a la hora de interpretar lo que observamos, le dediqué un capítulo entero en mi libro “El Arte de la Composición”.
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Laguna de Valdoviño (A Coruña) en un precioso atardecer
70-200 mm 1:1.2.8 a f/11 durante 1 segundo