La necesidad de los artistas de contar con un punto de partida, de vencer el miedo al lienzo en blanco, creo que ha jugado un papel crucial en todas las épocas.

En Grecia se establecieron unas proporciones para las esculturas en función de la cabeza humana. Después Roma también desarrolló su gusto estético en ciertos canones “adecuados” que fueron recuperados en la Edad Media y resucitados en un dibujo tan conocido como “El Hombre de Vitruvio” del genial Leonardo.

Ya por tierras españolas es fácil observar que El Greco contaba con otras proporciones que a él le parecían más bonitas.

Esta tradición se renueva en el siglo pasado con los estudios de Le Corbusier que sigue buscando una relación matemática entre las medidas del hombre y la naturaleza. En esta ocasión recurre a un sistema de medidas del cuerpo humano en que cada magnitud se relaciona con la anterior por el número áureo, todo con la finalidad de que sirviese como medida base en las partes de la arquitectura.

Como decía mucho antes el sofista griego Protágoras “El hombre es la medida de todas las cosas”.

La figura humana, dado su alto interés para el Homo sapiens, es analizada en áreas muy específicas de nuestro cerebro. Su papel en esta imagen es dar idea de las proporciones reales del edificio, la medida de su entorno.

En un segundo nivel de lectura, intenta reflejar la paradoja de la enorme soledad que se puede sentir en medio de la opulencia y el sin sentido del actual reparto de riqueza del mundo.

En la composición se procuró que la figura resaltase en la parte más luminosa de la escena (un gran atractor visual) y que en ella sólo hubiese un personaje, algo complicado en un museo y que exigió algo de paciencia. Las líneas de la escalera y las de fuga se ubican en las esquinas inferiores para dirigir la mirada hacia la parte superior, coronada por una ventana redonda que marca el eje central de la imagen, reforzada por la puerta y columna que tiene debajo.

El procesado intenta reforzar el mensaje y por eso enfatiza las texturas, las formas, el valor de los tonos medios y aporta un virado clásico de tonos cálidos en luces y sombras en azules.

Palacio de la Bolsa de Oporto
Óptica de 15 mm a 5,6 durante 1/8 s.

Por cierto, si has leído hasta aquí seguro que te interesan estos temas. Quizá te apetezca asistir al curso sobre composición que impartiré el sábado 22 de Septiembre de 2018 en la Casa de la Cultura de Abrera (Barcelona), con un precio por alumno de 90€.

Programa:
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