Siempre que intervengo en charlas o debates sobre composición tengo la impresión de que solo se valora la colocación espacial de los elementos de la toma. Parece que no hay vida más allá de ciertas reglas bien conocidas.

Pero sí la hay, equilibrar una foto es algo más divertido que poner esta cosa en este sitio y aquella más arriba.

En este caso elegí un sujeto principal que ocupa algo más del 65% de la toma y adquiere un enorme protagonismo. Sus colores son complementarios de los de la hoja, lo que da un buen punto de partida para conseguir contraste cromático.

El sujeto se iluminó con un flash con un gel cálido para conseguir una separación tonal entre el primer plano y el fondo (a la sombra y por tanto azulado). Se colocó de forma que no crease reflejos muy visibles en las hojas y diese transparencia a los pétalos.

La repetición de formas similares en el fondo da un cierto ritmo que aporta interés. El diafragma se eligió para que saliesen suficientemente desenfocadas, que no atrajesen el interés pero que fuesen reconocibles.

Tenemos otro color, el naranja, que actúa como acento y está equidistante en el círculo cromático. Está en el centro de la flor, casi oculto pero a pesar de ello muy visible (se apartó un poco los pétalos para que fuera visible) y también en el fondo, (sujeto con una pinza) para que equilibre esta gran masa tonal.

Entre ambos acentos se establece una línea visual que recorre la escena y nos conduce directamente al marco.

Yo creo que al final tenemos una composición armónica usando otros elementos compositivos menos frecuentes, ¿que opináis vosotros?

Nikon D800 con MicroNikkor 105 1:2,8 a f/11 durante 1/60. Flash y difusor de 60 cm con gel CTO de 1/2.

Procesado por zonas para retener información de textura en los pétalos. Se eliminó también una pequeña ramita que no se apartó en la toma, por miedo a romper la telaraña.

Camelia