Hace un par de días que acabamos las vacaciones de este año.
 
Para los fotógrafos las vacaciones suelen consistir en seguir fotografiando en aquellos lugares que a uno le apetece. Por eso estuvimos por algunos maravillosos bosques de Laurisilva.
 
En uno de estos bosques relictos estaba buscando localizaciones a mediodía para volver a última hora de la tarde cuando la niebla se hace dueña de los árboles.
 
La luz del sol era dura y estaba muy alta, pero a cambio nos permitió apreciar un bonito arco iris entre las aguas de una concurrida cascada. Allí estuvimos un buen rato esperando a que el sol fuese asomando entre los cúmulos y cada pocos minutos nos ofrecía unos cuantos segundos de arco iris.
 
La foto no es ninguna maravilla, pero como fotógrafos también tenemos derecho a traer recuerdos de nuestras experiencias agradables, más allá de su estética, ¿verdad?
 
Óptica de 36 mm a f/14 durante 1/13 s.
Bosque de los Tilos (La Palma)