Los suaves tonos malva de las armerias que salpican los acantilados van desapareciendo, pero en otras zonas ganan intensidad de mano de la Boca de Dragón, contrastando con unos verdes especialmente vivos.

Es una planta que hasta hace un par de años se veía poco por esta zona de las Rías Altas, pero esta primavera encontramos grupos bastante grandes. Es muy frecuente también en jardinería, pero los ejemplares salvajes creo que conservan algo que los hace mucho más especiales.

Como las posibilidades de hacer algo de macro eran pocas, debido al fuerte viento, opté por dejar la cámara réflex en casa.

Pero las flores y el prado estaban tan guapetonas, contrastando con un cielo plomizo, que no puede evitar sacar alguna imagen con el móvil. Os traigo una de las pocas que conseguí un poco nítida.
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Punta Frouxeira, A Coruña
Editada en Photoshop