Los eucaliptos son un enorme negocio en nuestras tierras gallegas. Han cubierto tierras, en apenas unos pocos años, que muchas generaciones han trabajado duramente para convertir en pastizales para el ganado. Para unas vacas que cada vez vemos menos en nuestros paseos por el campo.

Llegaron a finales de 1800 para desecar algunos meandros de un río cerca de Vivero y se aclimataron sin problema. Algunas fuentes dicen que tenemos más eucaliptos que toda Australia.

Quizá sea exagerado, pero ver un pequeño torrente en un excelente estado de conservación, con especies endémicas que da fe de su salud me hace pensar en que quizá la ganancia de unos sea la perdición de muchos.

Nunca habíamos visto tanta agua en este pequeño cauce y tantos tonos de verde en la vegetación, una paleta de color que sólo la Naturaleza puede lucir.

A pesar de la lluvia y de volver calado hasta la ropa interior nos lo pasamos muy bien y disfrutamos mucho de la tarde.

Es muy frecuente escuchar o leer que para conseguir el efecto seda en estas imágenes es necesario incrementar mucho el tiempo de exposición, del orden de dos a diez segundos. Si no deseamos perder las estelas de agua más delicadas suele ser un tiempo demasiado largo cuando baja mucha agua como en esta ocasión. Como siempre probé con varias exposiciones hasta encontrar la que más me gustaba.

Focal de 25 mm a f/6,7 durante 0,7s.
A Coruña