La azucena marítima (Pancratium maritimum) es una de mis flores preferidas. Quizá sea porque es la más vistosa de las que puedo disfrutar en la época que menos me gusta del año. Florece en pleno verano, incluso hasta mediados de septiembre en esta esquina de la Península.
Es polinizada por una mariposa nocturna muy bonita, que no suelo ver demasiado: la esfinge de la correhuela (Agrius convolvuli). Menos vistoso, pero más fácil de ver es uno de sus devoradores: las orugas de Brithys crini.
Sucede con frecuencia: los que nos ayudan suelen ser más guapos que los que nos comen las entrañas.
Es curioso que haya elegido un terreno tan complicado para vivir. Solo vive en terrenos pobres, secos y áridos… A pesar de los escasos recursos que facilitan las dunas, logra desarrollar una flor enorme y vistosa, con diferencia la más grande de las dunas gallegas. Estas semanas todas nuestras dunas están decoradas con sus toques de color y de luz.
Coincido con Aristófanes que ya hace casi 2500 años afirmaba que:
          ” .”
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Dunas de Valdoviño (A Coruña)
30 mm a f/11 durante 1/40 s.
Iluminada con panel Led
Editada por zonas en Photoshop para controlar el contraste, rango tonal y viñeteo.
Trípode Leofoto LP-284C Poseidón y rótula Leofoto LH-40PCL que se comportaron genial en este ambiente tan complicado.